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Los Comuneros: Causas y desencadenación previa de los hechos




Mucho se ha escrito y prosigue durante estos días a tenor de la fecha en la que nos encontramos, 23 de abril. Hoy en día dependiendo de la parte de España en la que nos encontremos para algunos se tratará de la situación de una derrota histórica por parte de un rey absolutista, Carlos V, sobre una serie de sublevados urbanos que trataban de negarle el cobro de tributos necesario para pagar la elección que había tenido lugar en Aquisgrán como emperador por parte de su persona. Para otros una hagionomía (San Jordi) con la tradición de regalar una rosa. También el día del libro.

Un pequeño aporte sobre qué pasó realmente en cuanto a las Comunidades Autónomas que celebran la derrota de los comuneros en Villalar (como Castilla y León) es competencia de la historia y la máxima autoridad académica (ganada a pulso por sus trabajos históricos) en la materia sería Joseph Pérez.

Joseph Pérez tras su tesis doctoral de 1970 ha sido quien más y mejor ha tratado el tema desde una perspectiva histórica. Para éste gran maestro de ese tiempo, las motivaciones socio-económicas de la revuelta (enfrentamiento entre los exportadores de la periferia, e importadores del interior, sobre todo la lana y los productos artesanales) se pueden sintetizar en 4 grandes puntos:

- Se trata de un movimiento fundamentalmente "centro-castellano".
- Es un levantamiento básicamente urbano, al que se le suma un movimiento antiseñorial en el campo.
- La reorganización política pretendida por los Comuneros, presenta un signo moderno, revolucionario y marcado por el intento de limitar el poder arbitrario del monarca.
- La derrota se debió a la alianza entre la nobleza y la corona y trasciende el refuerzo de las tendencias absolutistas de los realistas.

Curiosamente donde en la actualidad se denominan "Comunidades Autónomas" las entidades administrativas regionales por razón del territorio y cuyos órganos colegiados ejecutivos "Juntas" deben algo más que su nombre precisamente a una espontánea organización administrativa que surgió entre 1520-1521. "Comunidades" fueron la agrupación de varios concejos y cómo forma de gobierno local las "Juntas" se encargaron de dicha administración. Y precisamente tras un período absolutista como fue el reinado de los Reyes Católicos, es donde surgirá por parte del pueblo la necesidad del alzamiento, del no reconocimiento del Rey y de su propia organización para autogestionarse.

Tampoco es casual que en 1812 las "Cortes de Cádiz" precisamente ante otro considerado vacío de poder con el entonces niño-Rey Fernando (que llegaría a ser Fernando VII)retenido en Bayona volverán a utilizarse de nuevo el nombre de "Juntas" y que actualmente se refieren a algo tan cotidiano como las "Juntas vecinales" que no dejan de tener el mismo espíritu en cuanto a lucha por tratar de una serie de mejoras entre los vecinos que pertenecen a dichas juntas.

Si echamos un vistazo general durante el siglo XVI se produce la pérdida de un peso específico de quien hasta hacía muy poco había generado riqueza y era el motor económico de aquella España que había quedado unificada en un mando compartido de igual a igual entre dos reinos, entre dos reyes, entre Isabel y Fernando. Esta pérdida de peso específico inversamente proporcional era aprovechada por la periferia para crecer a su costa. La crisis de la industria textil, la inoperatividad de las "Cortes". Incido en que por un lado está la Corte que acompañaba al soberano allá por donde iba (de ahí algunas situaciones curiosas como el apodo de Fernando III "el montesino" por que nació en el desplazamiento de la Corte al lado de Valparaíso -Zamora- en vez de en palacio como era costumbre)y por otro las "Cortes" hoy más conocidas como las "Cortes Generales" por que allí reside la soberanía del pueblo que, como democracia indirecta, es depositaria de la voluntad del pueblo español; pero de aquella la única competencia (y por supuesto no legislativa) era la presentación como 36 procuradores, representantes, de 18 ciudades (2 por ciudad, de aquella las ciudades con mayor importancia socioeconómica y demográfica de la Corona de Castilla). Dicha Corona albergaba a comienzos del siglo XVI alrededor de 4,5 millones de habitantes, frente al millón de la Corona de Aragón. Ciudades como Valladolid, Segovia, Palencia, Toledo, poseían una densidad de población de las más elevadas.

El progresivo desplazamiento de este centro hacia la periferia del centro de gravedad económico (en gran parte hacia Sevilla y Andalucía) unido a la crisis textil (falta de capital para invertir, negativa a utilizar medidas proteccionistas redundan en un pérdida de la calidad de la materia prima y en su falta de competitividad ante productos extranjeros, comienzo del decaimiento de las cabañas ganaderas, de las cañadas reales y de la mesta; de hecho reivindicaciones comuneras aseguraban que la exportación de la lana así tratada era más perjudicial que beneficiosa) junto a que Burgos a través de su Consulado tenía el monopolio de la salida de la lana, frente a Cuenca, Guadalajara, Palencia o Segovia que veían una competencia desleal por los monopolistas.

Los comuneros estaban integrados por reivindicaciones industriales-artesanales de las clases medias del centro frente a la alta burguesía de la periferia. Del otro lado del bando (los realistas) lo conformarían la aristocracia terrateniente, la burguesía de Burgos y el poder regio unidos por el interés común en seguir exportando así la lana.

Brevemente paso a explicar los acontecimientos previos que dieron lugar a la desencadenación de los hechos que fácilmente se pueden encontrar en un buen manual de historia, del propio Joseph Pérez o del recientemente fallecido Don Manuel Fernández Álvarez, historiador de gran talla y sin el cual las figuras de Felipe II, Juana la Loca o Carlos I para el conocimiento histórico no habrían llegado a donde están sencillamente (otra cuestión es que por ignorancia o vagancia mucha gente no quiera acercarse a ellos).

Tras la muerte de Isabel la Católica el 26 de noviembre de 1504 y tras el reconocimiento de la imposibilidad de gobernar de su hija Juana, asume el gobierno de la Corona de Castilla, respetando escrupulosamente el testamento de su mujer. Felipe el Hermoso (marido de Juana) tras presiones por parte de la nobleza y tras varios acuerdos y desacuerdos con Fernando el Católico logra reinar durante un año (si alguien se preguntaba por que Felipe II es Felipe II que quien fue Felipe I, aquí está el Conde de Borgoña más conocido como "El Hermoso"; y nuestro príncipe heredero de la actualidad si llega a reinar lo hará, previsiblemente, bajo el nombre de Felipe VII). Tras la repentina muerte del mencionado rey el Cardenal Cisneros, arzobispo de Toledo y por primera vez asume la regencia para devolvérselo a Fernando el Católico, pero en 1516 éste también muere.

Comienza una época de desestabilización interna que se agudiza, ciertos sectores de la nobleza ven su momento para recuperar los privilegios perdidos bajo los Reyes Católicos, tumultos, asesinatos, entre las familias más poderosas se ven acuciados ante el atado de pies y manos al que se ve sometido el regente puesto que los tutores legales del rey menor de edad (Carlos) los fomentan e impiden que el niño-Rey firme los edictos con las medidas para acabar con tales inestabilidades cómo la creación por parte de Cisneros de la "gente de ordenanza" una especie de Guardia Civil de la época, que pretendía crear, aunque no será hasta Isabel II en el siglo XIX cuando se dé origen a la Benemérita institución.

Lo que hoy en día se llamaría sin lugar a dudas un golpe de estado es lo que llevaron a cabo los tutores flamencos de Carlos I, precisamente al ser menor de edad éste, y unilateralmente (con la prohibición expresa del regente Cisneros y del Consejo Real) lo nombran Rey de España a la edad de 17 años. En 1517 llega a España por Villaviciosa. Poco antes de su llegada a España, ante el cariz de los acontecimientos, empieza a circular la idea de que si él es Rey y cómo súbditos hay que aceptarlo sin objeción, como Rey también debe jurar las libertades y fueros de España y los privilegios de las ciudades de ésta. Al llegar al Rey a Valladolid, la impresión no debía ser nada halagüeña, como resalta Manuel Fernández Álvarez, un muchacho rubio, con prognatismo pronunciado que le provocaba el adelantamiento del mentón y mostrar su boca abierta la mayor parte de las veces, junto con una mirada curiosa y sorprendida, el desconocimiento del idioma español provocó el rechazo de las masas aunque de momento sin expresarlo abiertamente.

Las "Cortes" convocadas por el regio muchacho acaban consiguiendo que Castilla abone en 3 años 600.000 ducados y Aragón 200.000. El no respeto por las costumbres, el nombramiento indiscriminado de altos cargos en manos exclusivamente flamencas, la pretensión de poner a un sobrino de un flamenco con 17 años como arzobispo de Toledo, la impunidad con la que actuaban los extranjeros iban sumando papeletas para adelantar las revueltas comuneras. Hecho clave sería la muerte de Maximialiano I (abuelo de Carlos I) y que otorgaba a este la posibilidad de convertirse en emperador. Pero la elección a emperador frente a Francisco I rey de Francia, no sería gratis, la compra de cargos, supondría un endeudamiento con los Függer de proporciones inverosímiles que por supuesto la Corona de Castilla se encargaría de abonar, para ello al año siguiente se nombran Cortes en Santiago de Compostela en 1520 para pagar los 220 millones de maravedíes que se exigían a lo que la postura general inicial es no reconocerlo como emperador, sí como rey de España, pero no hacerse cargo de semejante disparate y hundimiento económico. Juan de Padilla regente de Toledo se niega a ir a las Cortes, Salamanca por unos discursos eclesiásticos previos al acudir, se les niega la entrada, al resto presiones, amenazas, destituciones en el acto, consiguen su aprobación, pero ¿A qué precio?
Tras la vuelta de los regidores y corregidores a las ciudades castellanas el recibimiento es inaudito, revueltas, no reconocimiento regio, creación de Comunidades y Juntas para administrarse será el comienzo de casi dos años de una lucha que acabaría aplastada en Villalar, con el aniquilamiento de las tropas y con el apresamiento de sus cabecillas Juan de Padilla Juan Bravo y Maldonado Pimentel el 23 de abril de 1521 (ajusticiados al día siguiente) como relata la siguiente canción del grupo Lujuria:

y cómo dice el estribillo del Romance de los Comuneros:

1521
y en Abril para más señas,
en Villalar ajustician
a quienes justicia pidieran.
¡Malditos sean aquellos
que firmaron la sentencia!
¡Malditos todos aquellos
los que ajusticiar quisieran
al que luchó por el pueblo
y perdió tan justa guerra!
Desde entonces, ya Castilla
no se ha vuelto a levantar
¡ay, ay!
no se ha vuelto a levantar
en manos de rey bastardo
o de regente falaz,
¡ay, ay!
o de regente falaz,
siempre añorando una junta
o esperando un capitán
¡ay, ay!
o esperando un capitán.
Quién sabe si las cigüeñas
han de volver por San Blas,
si las heladas de Marzo
los brotes se han de llevar,
si las llamas comuneras
otra vez repicarán:
cuanto más vieja la yesca,
más fácil se prenderá,
cuanto más vieja la yesca
y más duro el pedernal:
si los pinares ardieron,
¡aún nos queda el encinar!



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