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Nicanor Parra: El antipoeta.




Nicanor Parra


Nicanor Parra ha unido su nombre a los insignes poetas que nos abandonaron un enero

Empezó escribiendo con la poesía más clara, la de Federico; con octosílabos y eneasílabos. Con la mirada y sonrisa de quien provoca mucho más con lo que sugiere y no dice, que con lo que realmente escribe. Y mira que era directo, sin pelos en la lengua. Mago del lenguaje de los de verdad, del escrito y del visual. Uno de los más claros ejemplos que el lenguaje se crea con elementos ya existentes dotándolos de otro significado y no rompiendo el lenguaje para, en realidad, depauperarlo como muchos hacen hoy. 

Su bandera era un trapo, roído hecho jirones. Su bandera siempre fue la de su origen humilde. Sus referentes los mejores: Walt Whitman, T. S. Eliot, W. H. Auden, Ezra Pound, William Blake, Sigmund Freud, Charles Chaplin, los dadaistas, los surrealistas y Andy Warhol.

No por casualidad era matemático y filósofo pero sobre todo y ante todo era antipoeta. 


Crítico y mordaz contra lo establecido y, en su tiempo de Chile, se opuso a los geniales Pablo Neruda, Vicente Huidobro o Gonzalo Rojas que representaban esa poesía del gran arco lírico, de crítica progresista que sigue la tendencia del momento (aunque sea la vanguardia y lo rupturista pero dentro del sistema). 

Nicanor Parra no podía seguir dentro del sistema, por más que fuera premiado y reconocido en Chile, en España o en todo el mundo. Mantuvo su esencia creando un personaje detrás de una persona sencilla reconocida por todos. Y siempre innovando y, como visionario, un adelantado a su tiempo.


El 17 de noviembre de 2014 como actividad del Taller de Escritura Casa de las Conchas, escribí unas líneas eneasílabas que hoy vengo a recordar en homenaje a Nicanor Parra: El antipoeta.




Gritad conmigo: “Soy antipoeta”


No os aduléis el uno al otro.
Cambiad toda admiración y el aplomo
por vuestras propias y anhelantes dudas.
Desposeámonos todos del ego.
Debéis bregad contra vosotros mismos.
Ahora soltad la mirada altiva.

¿Quiénes sois vosotros para dictarle
lecciones a nadie? ¡Muertos de rico!
En vuestras putas pupilas famélicas,
lenguas de trapo tejidas con versos,
Vestiros sin palabras, escupidles
agua de letrina egolatría
en paraguas de pomposos políglotas.


Observad estos falsos poemarios,
se degluten palabras sin masticar
los humanos comen, no se aburren.
Gritad conmigo: “Soy antipoeta”.
Me da igual quien sufra con mi lectura.
En bajito repetid: “Tú la llevas”.
No escribas sobre princesas, ni hadas.
El mundo es todo barro y quien describe
su belleza se pringa de este fango.


¡Aplacad el ego que os alimenta!

Gritad conmigo: “Soy antipoeta”. 


Chema García