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"Al merme" De 120 a 110 kms/hora "Hay que hurgar"




"Al merme, de 120 a 110 kms/hora; hay que hurgar, hay que hurgar". Estos dos vídeos con algo más de un mes de emisión entre ellos demuestran que la realidad siempre supera a la ficción. El protagonista Don Alfredo Pérez Rubalcaba, supera ampliamente la sátira con la que José Mota lo representó (tan fielmente) por lo que ha demostrado el tiempo. Yo no digo que la intención no sea buena... pero con "El hurgue" ¿Van a solucionar algo?
¿Alguien me puede decir dónde está la diferencia entre ambos? ¿Cuál es el vídeo real y cuál no?








Está claro que el Gobierno "hurgar" va a "hurgar" y en nuestros/as bolsillos/rendijas. No en la reducción de las dietas y gastos de representación, coches oficiales, cargos de libre designación en Ayuntamientos y Comunidades Autonómicas, etcétera... Sino en nuestros/as bolsillos/rendijas como siempre.

Chema García

Estatua del Caballero Medieval del Vialia de Salamanca




Todo aquel viajero que se haya internado a la orilla de la ciudad del Tormes a través de los carruajes de metal que suponen los ferrocarriles actuales o que se haya despedido de ella a través de los mismos, se habrá topado con una escultura que parece cobrar vida por momentos y trasladarnos a mundos medievales, bien de la realidad de los torneos entre caballeros a finales del siglo XV, bien de la fantasía histórica sacada de los Ciclos Artúricos, o de la fantasía novelada de Canción de Hielo y Fuego.


Lo cierto es que no somos pocos los que nos hemos preguntado por quién es o qué representa esta maravillosa efigie que guarda todo tipo de detalles y que particularme me evoca una sonrisa y un despertar hacia lugares épicos en los que poder asentar mi imaginación de tanto en tanto, cuando paseo alrededor de este caballero medieval. Tal es mi admiración que aparece aparecía hace tiempo, arriba en la cabecera de este blog en sus inicios, surcando un bosque de niebla con un sol y unas montañas al fondo como queriendo aparecer desde la leyenda para hacerse realidad.

El propósito de esta entrada es dar respuesta a esas preguntas y cuyos interrogantes se plantearon de forma concreta en una conversación tomando un café con un amigo, al observar que dicho caballero aparece en la contraportada de la novela Guzmán-Trastámara rey, uno de los nuestros en el trono de Castilla y León. Nuestras primeras hipótesis intentando relacionarlo con la novela apuntaban a uno de los Trastámaras, ascendientes de Isabel La Católica, como reyes de Castilla y de León, o si acaso que se tratara de Don Juan, Príncipe de Asturias y Señor de Salamanca, e hijo de los Reyes Católicos (el cual ya goza de otra estatua en la Calle Peñuelas de San Blas), quien tuvo la desgracia de fallecer muy joven tras casarse en la ciudad de Salamanca.


Se trata de una estatua ecuestre en cuya grupa lleva un caballero medieval ataviado con su armadura de placas propia de finales del siglo XV, con su yelmo con cimera, su espada y todo lujo de detalles; situada de frente al acceso principal de la estación de trenes “Vialia” en la ciudad de Salamanca.
Valeriano Hernández y Santiago Juanes en su libro de 2008, Escultura Pública Salmantina. Arte conmemorativo y ornamental en Salamanca y provincia. (Ediciones de la Diputación de Salamanca. Serie Arte nº 17. Editorial Kadmos) nos comentan que su título es “Caballero medieval”, aun cuando su autor Pedro Requejo Novoa la tenía bautizada como “Ay madre, qué triste vengo de amores derrotados”. Mide 3,50 metros, pesaría unos 1850 kgs de bronce y habría sido fundida en Fademesa en San Fernando de Henares. Para los autores la escultura ecuestre representa un melancólico guerrero medieval portando indumentaria bélica con esmerado detalle que complicaría ostensiblemente el acabado para el autor.

Pero esos datos no resolvían varias cuestiones que se agolpaban en mi mente. ¿Qué significaba el título original que el autor había querido poner a la obra? ¿Qué fue su inspiración? ¿Acaso Los Hechos del Rey Arturo de John Steinbeck o La muerte del Rey Arturo de Sir Thomas Mallory o la película Excalibur de John Boorman tuvieron algo que ver? En el modelo se observan muchos detalles ¿tienen alguna interpretación alegórica para el autor? ¿Se trata de algún personaje histórico relacionado con la ciudad de Salamanca?

Tras ponerme en contacto con Pedro Requejo Novoa, autor además de nuestra obra, de numerosísimas esculturas dentro y fuera de nuestras fronteras, con un sin fin de galardones a sus espaldas tuvo a bien darme cumplida y extensa respuesta a los interrogantes antes expuestos, que paso a narrar junto con el contexto histórico de dichas explicaciones. Agradezco al autor la amabilidad mostrada y sus explicaciones.

La fuente de inspiración fue el título de un madrigal de Juan del Enzina "¡Ay madre que triste vengo de amores derrotado!", así que se imaginó un caballero volviendo triste y derrotado de un torneo. Es una de las pocas estatuas equestres en que el caballo desciende acompasando en su estado de ánimo al magullado caballero cuyas heridas más dolorosas son las del amor.

Un caballero era un jinete, un hombre que sabía dominar un caballo. Era el propietario, el que podía aportarlo perfectamente pertrechado ante una posible necesidad bélica para defender a su señor, a quien le había jurado fidelidad a través del vasallaje y a los siervos de éste. A cambio recibiría tierras y privilegios, pero no tenía por qué ser de origen noble (el caballero, quien luchaba en el campo de batalla en nombre de su señor) aunque de aquella prácticamente iban de la mano.

Tras la batalla de Hastings en 1066, como aparece perfectamente representado en el Tapiz de Bayeaux, triunfa definitivamente en el mundo medieval el empleo del caballero como arquetipo de soldado de élite, desestabilizador para las contiendas. Hasta el siglo XVII continuarán las justas y torneos donde participarán galantes caballeros, aún cuando el protagonismo económico y social habría sucumbido por los cambios acaecidos tanto por el declive del sistema feudal, como en el combate (sustituidos en su protagonismo por la artillería) como su sustitución por oficiales leales en un ejército regular. No es casual que en 1605 se publique El Quijote, azote de los libros de caballerías, dejando en evidencia una sistema de vida cuyo tiempo había ya pasado y su mundo sólo podía sobrevivir en la mente de algunos. Curiosamente Pedro Requejo ha realizado dos esculturas una de Don Quijote y otra de Sancho Panza que se pueden disfruten en Alcalá de Henares y de las que me envió algunas fotos.

Pero volviendo a los siglos XI al XVI cuando llegó a ser una auténtica forma de vida, real y no sólo fruto de la literatura, un caballero de aquella, se regía por el código de caballería. En principio el código significaba lealtad y honor en el campo de batalla. Pero con el tiempo la conducta caballeresca se extendió más allá de la vida militar. Es reseñable el papel religioso de aquellos días en los que lo inundaba todo. Por lo tanto defender la fe, e incluso la existencia de monjes-caballeros (Santiago, Calatrava, San Lázaro, Templaria, Hospitalaria, Teutónica y tantos otros) para ello se trataba de algo cotidiano. El trato otorgado entre caballeros debía ser respetado, pero cuando se trataba de civiles, no se respetaba produciéndose auténticas carnicerías.
Uno de los aspectos más destacados de la cultura y mentalidades de la Edad Media es el papel destacado que se le concede al amor y a la música en la persona del caballero. En las Crónicas Artúricas y en las Treinta y Una Leyes del Amor Cortés, aparece un ideal de caballero bravo y osado en el combate. A la par que para arreglar, cuidar y mantener impoluto su aspecto, debía enfatizar en la galantería y cortesía hacia la mujeres. De ahí la palabra cortesía, significaba en origen, saber comportarse a su paso por “las Cortes” nobiliarias y reales. Constituía, por tanto, parte de su educación y formación como caballero, no sólo su transcurso durante años como escudero donde adquiría la maña para dominar al caballo y el perfecto cuidado de las armas, o sus dotes para repartir justicia parejo a la Tabla Redonda (donde todos eran iguales, por que al sentarse no había lugar preponderante) sino también saber apreciar la belleza en las canciones de los trovadores y en el sutil arte de la seducción y dar una buena imagen. Su honorabilidad y su palabra estaban a prueba a cada momento pero estas gozaban de gran valor en caso de caer prisionero hasta la llegada del rescate.

Sobre las canciones de la época destacan dos géneros de la polifonía profana española hacia finales del siglo XV: Villancico y Romance. El villancico, no tenía nada que ver con nuestras estridentes y en ocasiones cursis cuasi para niños operas músicales navideñas (aunque sí son su origen) sino que se trataba de unas composiciones medievales cantadas por los trovadores o por los coros en las cortes nobiliarias con temática popular sobre el amor o la vida cotidiana. Se trataba de una breve canción estrófica con estribillo que solía tener el esquema ABCCAB. Los villancicos se recogían en cancioneros. El Cancionero de Palacio, el Cancionero de la Colombina o el Cancionero de Segovia son algunos de los más destacados. El compositor de villancicos más insigne de principios del siglo XVI es Juan del Enzina. Muchos de ellos se cantan hoy habitualmente: “Ay madre que triste vengo de amores derrotado”, “Hoy comamos y bebamos”, “Todos los bienes del mundo”, etcétera. También destacó Enzina en el romance, canción narrativa compuesta por un gran número de estrofas de cuatro versos cada una sin estribillo. Especialmente memorable es el romance de Enzina “Qu’es de ti desconsolado”.



Por lo tanto ya sabemos que no se trata de ningún personaje histórico relacionado o no con la ciudad de Salamanca, sino que se trata de un caballero medieval que regresa de un torneo y que vuelve derrotado en su espíritu por amoríos no correspondidos. ¿Cuál es esa canción y que nos dice la letra? “Ay madre que triste vengo de amores derrotado”.

Creo que Gustavo Adolfo Bécquer, lo definió muy bien en su Rima nº V, que decía:
Espíritu sin nombre,
Indefinible esencia,
Yo vivo con la vida
Sin formas de la idea



Sólo alguien con semejante talento ha podido plasmar esa idea sin formas en semejante y maravillosa obra, al modelar de la potencia al acto, para que podamos disfrutarlo todos los salmantinos. Un romance anónimo de la época engloba perfectamente por si alguien le ha quedado dudas de qué trata de plasmar el autor en su obra:




Aquel caballero, madre,
que de mí se enamaró
pena él y muero yo.
Madre, aquel caballero
que va herido de amores,
también siento sus dolores
porque dellas mismas muero;
su amor tan verdadero
merece que diga yo.

El caballero fue modelado íntegramente por el autor, durante cinco meses. Estaba concebido para ser colocado en un espacio más amplio y con un banco cerca desde el que observar todos los detalles. Cómo alegorías escultóricas se encuentra un cuerno roto entre las patas del caballo, cómo símbolo de la inocencia perdida por parte del caballero. En la testera del caballo aparece un hombre corpulento y musculoso con una clava en una mano, se trata de Hércules y evoca la fortaleza de ánimo.

Sobre la cimera del yelmo aparece un dragón con tres cabezas modeladas completamente diferentes una de la otra. Sobre la barda o el cubregrupa del équido está representada una estrella fugaz de dos colas que surcaba los cielos en 1997 conocido como el Hale-Boop. La armadura es de tipo alemán pues su primera figura fue elaborada en Berlín. Se inauguró por el entonces ministro de Fomento en 2001 y el autor no fue avisado para la ocasión.

A ti viajero que transitas por las vías de este peregrino mundo, si te acercas a Salamanca y te topas con un caballero medieval de tono plúmbeo que impertérrito te observa desde su caballo con la melancolía instalada en su rostro y te acercas lo suficiente quizás le escuches entonar un “¡Ay madre que triste vengo de amores derrotado!”.


Chema García

Origami: Algo más que papiroflexia.







Origami es el noble arte procedente del Japón de reproducir a través de papel en tantos pliegues y formas como sean necesarios algún objeto, animal o planta para representarlos a través de un lenguaje figurativo dominado por cuerpos geométricos, ángulos y poliedros. Los resultados pueden llegar a ser realmente sorprendentes. En el origami no todo está permitido. No se utilizan tijeras, sustancias adherentes o tipo alguno de grapa. La expresión plástica adquiere su máxima libertad al otorgarse mediante las manos y el papel todo el protagonismo. Como cada filosofía oriental, la calma, la superación personal, y otro elenco de valores (incluida la representación de la naturaleza o de animales) superan en definitiva al mero hecho de plegar papel con fines estéticos. Se puede dividir en muchos tipos, dependiendo de si se unen módulos, si hay partes móviles, si se plega en húmedo, o se tesela, sin olvidar sus primos Kirigami (se corta, pliega, pega) y Makigami (Kirigami puramente confeccionado con las manos).

En español se conoce como papiroflexia o cocotología (cocotte pajarita en francés). En el mundo occidental el pergamino fui sustituido por el papel, principalmente con el uso de la imprenta. Sin embargo en China y Japón el uso del papel y del Origami gozaban de ser una tradición milenaria. Tras la apertura a Occidente al mundo nipón en 1854 y en plena Época Meiji la Exposición Universal de París de 1878 (tan famosa por la Torre Eiffiel, los descubrimientos en el Arte Rupestre del Paleolítico Superior, etcétera) se fusionaron en uno solo el conocimiento y difusión del Origami. Friedrich Fröebel lo incorpora en sus técnicas de enseñanza a nivel escolar para la enseñanza de las figuras geométricas. Debemos a Miguel de Unamuno su reintroducción en el mundo hispanohablante en la década de los años treinta. En los años cincuenta Akira Yoshizawa reunificó criterios desarrollando un código internacional para la representación de las dobleces de Origami. Desde entonces hasta ahora ha sufrido una auténtica evolución desde su original sentido espiritual cómo ofrendas votivas a la divinidad, sus usos de ocio o llegando incluso a su utilización en técnicas topográficas, matemáticas, arquitectónicas, o a mejorar las técnicas de vuelo implantando alerones a imagen y semejanza de los aviones de papel lanzados por todos los colegios del mundo.

Hay muchas formas de ser original y de regalar algo diferente. Buscando por internet (hay multitud de videotutoriales y sobre las más diversas figuras) y dedicando un poquito de tiempo acabé realizando yo mismo algo tan sencillo y a la par de tanta belleza. Una flor de lírio naranja que luce en el salón y por la que el tiempo aunque pase no dejará de brillar cómo el primer día.

Chema García

Expediciones españolas del siglo XVIII en California, Oregón y Alaska: Nutca




Los españoles reclamaron los derechos de la bula Inter Caetera firmada un 4 de mayo de 1493. La mencionada dispensa definiría un meridiano en concreto, al oeste del cual, todas las tierras "halladas y por hallar" pertenecerían a los monarcas de Castilla y de Aragón. Esto supuso un cambio muy favorable para los Reyes Católicos respecto a lo anterior estipulado donde pertenecían a la corona sólo las tierras que fuesen descubiertas por navegantes financiados por castellanos y aragoneses. En definitiva se les otorgaba toda la costa (este y) oeste de Norteamérica (que incluía Alaska) cuando en 1513 Vasco Núñez de Balboa reclamó (sin saber el alcance de su conquista) para las "Hispanias" “todos los territorios bañados por el Océano Pacífico” al vislumbrarlo desde las playas de Panamá.


Bula Intercaetera con meridiano


Hasta 1768 no comenzaría un nuevo impulso colonizador español por la Alta California, conocida desde el siglo XVI pero por la que no existía preocupación y empeño para sacarle un rendimiento económico. Los rusos e ingleses por el comercio de las pieles se acercaban amenazando instalar sus propias colonias y erigirse como nuevos gestores del comercio de estas costas. El rey Carlos III de España organizó varias expediciones a la región para intentar adelantarse y colonizarla primero. Entre 1774 y 1791 envió varias expediciones desde México para fortalecer y reafirmar las demandas históricas españolas y explorar la costa pacífica de Norteamérica, incluyendo a Alaska en esta soberanía, de la que nunca se había obtenido beneficio alguno, especialmente tan al norte.

Una primera expedición se realizó por la fragata Santiago, dirigida por Juan José Pérez Hernández y Esteban José Martínez de la Sierra como segundo piloto en 1774. Atravesó San Diego y Monterrey e intentaba alcanzar los 60º Latitud Norte para realizar un asentamiento viable. Debido a la falta de suministros con el agua potable fondeó en la Isla de Nutca (53º Norte) en agosto del mismo año. Tras realizar trueques con los indios locales y reconocer la zona regresa en noviembre al puerto de San Blas (México, tan conocido en la actualidad por la canción de Maná, sólo un puerto del que salían tantos barcos podía lugar a una historia semejante).

El virrey de Nueva España (actual México) Bucarelli ante el fracaso de no alcanzar el paralelo marcado puso a uno de los oficiales de la primera expedición, Bruno de Heceta (a bordo de la Santiago, pilotada por su segundo Juan José Pérez Hernández) a cargo de una segunda expedición. El siguiente, más pequeño, la goleta Sonora inicialmente bajo las órdenes de Juan Manuel de Ayala, podría explorar en aguas menos profundas, sin ralentizar la marcha hacia el Paralelo 60 o 65. Cerrando la expedición el paquebote San Carlos al mando de Miguel Manrique.

2ª expedición a Alaska y enclaves españoles en la Costa del Pacífico al norte de de la Alta California
La escuadra sale finalmente un 16 de marzo de 1775 del muelle de San Blas con las órdenes de dejar claras las demandas españolas por toda la costa pacífica norteña. Ante una supuesta enajenación mental de Miguel Manrique, con solo tres días de viaje, tuvo que hacerse cargo del paquebote de provisiones Juan Manuel de Ayala, dejando al mando de la Sonora a Juan Francisco Bodega y Quadra con su piloto Juan Francisco Mourell.

A la San Carlos se le ordenó que regresara a San Blas (para la pronta recuperación de la enfermedad de Miguel Manrique) con la idea de unirse posteriormente a la expedición, lo que resultó imposible por lo que acabaría explorando la zona de la Alta California. Juan Manuel de Ayala atravesaría por primera vez para una potencia europea el Golden Gate el 5 de agosto de 1775. A su regreso los informes tomados por él fueron decisivos para una posterior expedición terrestre a cargo de Juan Bautista de Anza para montar allí un puerto y una ciudad: San Francisco.

Las dos embarcaciones que sí pudieron proseguir el viaje como estaba previsto navegaron juntas tan al norte como pudieron. Al llegar a la bahía de Grenville, el 12 de julio, un grupo selecto de hombres de la Santiago realizaron un desembarco para llevar a cabo el acto formal de la posesión de esta tierra, se convirtieron en los primeros no indígenas que pisaban en el actual estado de Washington. Poco después en el mismo (llamado Punta de los Mártires) en respuesta a un ataque por los indios locales Quinault.

Ambos capitanes decidieron no tomar represalias y continuar con su misión hacia el norte. La tarde del 29 de julio de 1775 se separarían, la Santiago continuaría sin salirse del oceáno Pacífico recalando en la desembocadura del río Columbia. Mientras que la Señora se desplazaría bordeando la costa alcanzando en última instancia una posición de latitud 59° Norte, consiguiendo el 15 de agosto, entrar en Sitka Sound. Allí identificaron y reclamaron el Puerto de Bucareli (Bucareli Sound), Puerto de los Remedios, y el monte de San Jacinto. A través del viaje, las tripulaciones de ambas naves aguantaron muchas dificultades, incluyendo escaseces de alimento y escorbuto. El 8 de septiembre, las naves se dirigieron al sur hacia el viaje de vuelta. Tras avituallarse y curarse en la bahía de Monterrey, el 1 de noviembre regresan a San Blas, Juan Pérez Hernández moriría de escorbuto dos días después en pleno mar.

También los británicos siguiendo el ejemplo de la corona española, enviaron exploraciones a la zona. Durante su tercer viaje, el capitán inglés James Cook envió una expedición a la bahía de Nutca el 31 de marzo de 1778. El comercio de pieles animó a la Compañía Británica de las Indias Orientales a instalar un puesto en el poblado indio de Yuquot en la Isla de Nutca, intentando reclamar dichas tierras como inglesas al ser los primeros en arribar a las mismas. Cuestión completamente falsa y a sabiendas de Cook y su tripulación, puesto que las fuentes reflejan (aparte de todos los diarios de navegación españoles con información precisa y fidedigna de los resultados de tal expedición) cómo la tripulación inglesa encontró a los nativos unas cucharas de plata que fueron robadas a los españoles en 1774.

Los franceses se unen al intento de establecerse en la zona y los ingleses insisten con persistencia desde la base portuguesa de Macao, siendo propietario de la empresa Jhon Meares de nacionalidad británica. Construyó una barraca en la propia isla de Nutca. Ante la gravedad de los hechos Carlos III ordena en 1787 de través del Conde de Floridablanca una cuarta expedición (se había producido una tercera expedición alcanzando el Golfo del Príncipe Guillermo en 1779 a 61º Norte) en 1788 a cargo de Esteban José Martínez de la Sierra y el piloto González López de Haro, a pesar de su no entendimiento cada uno recopila fuentes importantes sobre los posibles asentamientos rusos y de Jhon Meares para el año siguiente regresar (por orden del Virrey de Nuevo México pero sin la autorización de la metrópoli en Madrid) e instalar el Fuerte San Miguel cerca de Yuquot con el fin de reafirmar la soberanía española de la isla y defender sus derechos de navegación.

Esteban José Martínez de la Sierra

Al poco llegaron varios buques ingleses que fueron retenidos, reparados y la carga le sería devuelta cuando tuvieran la aprobación del virrey. Pasarían el Iphygenia, Norwesth América, el Princess Royal, todos relacionados con la compañía de Jhon Meares. Todos retenidos, alguno confiscado como pago por las reparaciones y dejados en libertad con la condición de no comerciar en suelo español. Con la llegada de un barco de la Royal Navy, el Argonaut comandado por James Colnett fue tratado con tal cortesía que Colnett reveló sus intenciones de instalarse en la isla y reclamar sus derechos basados en lo expuesto por el tercer viaje de James Cook como primer europeo sobre la zona. Esteban Martínez de la Sierra (que había participado en la primera expedición a bordo de la Santiago en 1774) le pidió la documentación y el británico apareció vestido de uniforme con su espada, haciendo visible que no reconocía la autoridad española en la zona, tras una discusión Colnett acabó detenido y su tripulación embarcada al puerto de San Blas tutelada por españoles.

Tras no hacer caso de lo insistido por Esteban Martínez, el comandante del Princess Royal regresó a Nutca por lo que fue detenido por el oficial español y su embarcación requisada, engrosando las filas de la marina española. Todos estos barcos y tripulaciones se enviaron a San Blas hasta que el virrey decidiera o la orden de la metrópoli llegara y determinara una resolución final al conflicto. Ésta llegó con la orden de devolver los esquifes a sus dueños pero también con el empeño de conversar el Fuerte San Miguel.

Meses después llegó la noticia de la muerte de Carlos III y la nueva orden de restituir las embarcaciones requisadas para evitar un conflicto aún mayor con Inglaterra. Dentro del contexto geopolítico de 1789, tras el apoyo español a la independencia de las colonias norteamericanas futuro germen de los EE UU, el apoyo de la flota holandesa a la inglesa y en pleno estallido de la Revolución Francesa en el país vecino. Pero por otro lado se intenta dar un nuevo impulso colonizador enviando a la zona al brigadier Pedro Autrán al mando de una flota entre los que destacaban Francisco de Bodega y Cuadra, Francisco de Eliza, Salvador Fidalgo, Jacinto Caamaño y Manuel Quimper (cuyos nombres se pusieron a muchas islas y aún permanecen en torno al actual Vancouver cómo se mostrará después). Así como dos corbetas conducidas por Alejandro Malaspina (da nombre a un enorme glaciar en Alaska).


Juan Francisco de la Bodega y Cuadra

El 3 de febrero de 1790 comienza ligada al mando de Francisco de Eliza con Salvador Fidalgo y con la cobertura de Manuel Quimper (que llevaba la Princess Royal, rebautizada como Princesa Real) las tropas del capitán Pedro Alberni (que dirige la 1ª Compañía de Voluntarios de Cataluña) y una fragata con Jacinto Caamaño. Quimper debía recibir órdenes de Madrid de entregar de nuevo a los británicos la ahora Pincesa Real pero cuando llegó la notificación a San Blas, ya había salido rumbo a Nutca, al no poder fondear allí por el tiempo se dirigió a Filipinas siguiendo órdenes. En Filipinas otro capitán la llevaría para su entrega en Macao, pero antes se cruzó con James Colnett en Hawaii quien le exigió el traspaso de la nave a sus manos de manera inmediata a lo que Quimper se negó. Antes de finalizar el año por fin acabó la fragata en Macao pero estaba destrozada y los británicos no la querían aceptar.

La diplomacia española actuaba con cordura pero con ingenuidad. Se enviaron misivas a Londres que propugnaban el restablecimiento de sus barcos y el reconocimiento de la soberanía española en la zona pero desconocían el altercado de Quimper con Colnett y un nuevo apresamiento de esquife británico por parte de Esteban Martínez de la Sierra en Nutca. Inglaterra contestó airadamente al gobierno ibérico exigiendo la devolución de sus naves, no continuar con esas agresiones y además una satisfacción justa mientras se preparaba para la guerra naval.

El capitán John Meares aportó un informe a la Cámara de los Comunes en el que reclamaba ese territorio como británico basado en el argumento de James Cook y en una propiedad que poseía, construida hacía tiempo cercana a Nutca. Los tratados internacionales y el reconocimiento del resto de países legitimaba las pretensiones del país de la piel de toro en lo que consideraríamos el actual Derecho Internacional, pero el mayor poderío de la marina británica y su empuje estaban a punto de acabar con el último intento de hegemonía española a nivel mundial. El gobierno no podía permitirse una guerra con Inglaterra pero aún así rearmó sus tropas y realizó movimientos tácticos. Tras la previa contestación diplomática de los rusos (accedían inicialmente a no establecerse en esa zona) la respuesta británica era desproporcionada e injusta. Detrás se escondían las viejas pretensiones británicas.


El capitán inglés George Vancouver era el comisionado británico mientras que el comisionado por la monarquía católica era Juan Francisco de la Bodega y Cuadra para negociar cómo llevar a cabo los límites definitivos sobre lo firmado en la 1ª Convención de Nutca. Aunque a finales de 1792 aún no habían llegado a un acuerdo (los británicos proponían que las posesiones españolas llegaran hasta San Francisco, los otros que hasta Nutca o el Estrecho de Juan de Fuca) pero sí se desmovilizaron las escuadras en situación prebélica que era la situación más delicada. En la siguiente convención Jhon Meares fue indemnizado por el apresamiento de los barcos (Esteban Martínez de la Sierra había sido absuelto del juicio español previo). En la posterior y ya 4ª Convención de Nutca en 1794 se acordó evacuar el Fuerte San Miguel y que no hubiera asentamientos permanentes en la bahía por parte de ninguno, así como un acceso libre a cualquiera de ellos por parte de ambas potencias. En 1795 se abandonó definitivamente la isla de Nutca y al arriarse la bandera española se izó la británica. Un año más tarde se organizaría un viaje para constatar lo adquirido por el virrey de Nueva España, pero sería ya la última expedición.

El comienzo de las guerras napoleónicas provocó situar la atención en otros menesteres más apremiantes y olvidarse de esta zona de conflicto. Se transfirieron sus demandas de derechos históricos sobre Oregón y Nutca a los Estados Unidos por el Tratado de Adams-Onís de 1819. La metrópoli perdía sus territorios en Oregón, Florida, Loussiana y la posibilidad de navegar por el Mississipi, pero ganaba el reconocimiento de la soberanía española en Texas. Por lo que el litigio con Gran Bretaña pasaba ahora a estar en manos de EE. UU. quien finalmente zanjó el asunto con el Tratado de Oregón en 1846, paso previo a la definitiva y futura frontera con Canadá.

Topónimos españoles en Vancouver
Topónimos de origen español en la actual Vancouver


Aún hoy se pueden comprobar los restos de estas expediciones españolas de finales del siglo XVIII por la gran cantidad de topónimos de origen español que subsisten no sólo ya por toda California sino también en lugares tan remotos como en la bahía de la isla de Nutca y el Estrecho de Juan de Fuca relacionados sobre todo con los nombres y apellidos de los protagonistas de los sucesos aquí narrados. La llamada Isla de Quadra y Vancouver (hoy conocida como Isla de Vancouver) terminó únicamente con el nombre del capitán inglés por que la historia que recibirían los habitantes de la zona fue relatada como ocurre casi siempre por los vencedores y no por los vencidos.



Chema García
Sobre la bula Inter Caetera ver:


Mapas elaborados por Chema García con Google Earth. Versión 5.2.1.1588 // Gracias a @Miquelsilvestre por la información sobre sus vídeos de Vancouver e Isla Galiano que he insertado en este post.

Requiem for a Soldier: Band of Brothers Theme. (Requiem por un soldado: Banda sonora de la Serie Hermanos de Sangre)




Os muestro una mezzosoprano galesa de gran talento y belleza, Katherine Jenkins, interpretando un soberbio tema que engalana los títulos de crédito de esta mítica serie de la HBO.

Producida por Steven Spielberg y Tom Hanks versa sobre los avatares y penurias soportados por la Easy Company (Compañía Easy) del 506º Regimiento de Infantería Paracaidista (506th Parachute Infantry Regiment), de la 101ª División Aerotransportada (U.S 101st Airborne Division) del Ejército de los Estados Unidos y en uno de sus primeros líderes de sección, el Teniente Richard Winters (más tarde Mayor Winters). La serie se basa en el libro del mismo título, escrito por el prestigioso historiador y biógrafo Stephen Ambrose.

La Compañía Easy de la 101 División Aerotransportada de los Paracaidistas de los Marines estadounidenses en plena Segunda Guerra Mundial lucharon con esmerada valentía dejando sus vidas por conseguir la libertad que hoy disfrutamos todos en Europa.

Debajo del vídeo aparece la letra de la canción en inglés y posteriormente la he traducido (un poco libremente, todo hay que decirlo). Me quedo con la estrofa: "los Héroes pagasteis el precio; jóvenes que moristeis yendo al paraíso por las guerras de los viejos".

Esta canción quiero dedicarla a todos aquellos que: "lucharon para que podamos disfrutar de un radiante sueño de amor y esperanza, vida y libertad" de cualquier época y de cualquier lugar y no sólo a aquellos héroes sino a todos y cada uno de nuestros seres cercanos que han contribuido de alguna forma a que germine esa semilla en nosotros.





You never lived to see what you gave to me. One shining dream of hope and love,
Life and liberty.
With a host of brave unknown soldiers. For your company,
you will live forever:Here in our memory.
In fields of sacrifice, Heroes
paid the price, young men who died for old men's wars, gone to paradise.
We
are all one great band of brothers. And one day you'll see we can live together.
When all the world is free
I wish you'd lived to see all you gave to me.
Your shining dream of hope and love, Life and liberty.
We are all one great
band of brothersand one day you'll see - we can live together: When all the
world is free.

No llegasteis a vivir lo suficiente como para contemplar
lo que me habéis dado: Un brillante sueño de amor y esperanza, de vida y
libertad.
Junto a un puñado de valientes soldados anónimos, para vuestra
compañía, viviréis para siempre: Aquí en nuestra memoria.
En los campos de
sacrificio, los Héroes pagasteis el precio; jóvenes que moristeis yendo al
paraíso por las guerras de los viejos. Todos somos grandes hermanos de sangre.Y
un día veréis como podemos vivir todos juntos. Cuando el mundo entero sea libre.
Me gustaría tanto que hubieseis sobrevivido para ver todo lo que me disteis.
Vuestro radiante sueño de amor y esperanza, vida y libertad.
Todos somos
grandes hermanos de sangre. Y un día vosotros lo veréis – Nosotros podemos vivir
juntos: Cuando el mundo entero sea libre.
P.D. Doy las gracias a mi amigo José Miguel por darme a conocer a Katherine Jenkins.


Chema García