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Bésame y vente conmigo de Olivia Ardey





Cuando alguien te pide amablemente que le gustaría contar con un poema tuyo en su revista, recibes una inmensa alegría. Si éste, es Javier Sanz como fue el caso, la alegría es aún mayor. Además si de entre todos los relatos publicados de ese año, observas meses después, que aquél poema ha sido seleccionado entre ellos; de aquella alegría inicial pasas a lo desbordante de la emoción. 

Una concatenación de hechos y circunstancias que no se detuvo aquí. Los propios finalistas acabamos formando un jurado al que nos tocó votar el relato que creíamos, con sinceridad, era el mejor. Lo tenía claro y sin lugar dudas. El de Olivia Ardey era mi favorito, fue mi voto y resultó el ganador.

Olivia Ardey
Descubrir lo amable que es la propia Olivia, esa energía desbordante que contagia cuando se trata de letras, libros y cultura, era el siguiente escalón de esta ascendente intrahistoria de la que forma parte "Bésame y vente conmigo". Pero de aquella yo no sabía nada.

Fue a los pocos meses cuando en forma de paquete de correos, lo abrí y lo tenía ante mis ojos. Una ágil y fresca novela. Entretenida, aparentemente corriente, pero con los personajes perfectamente pergeñados. Con un lenguaje buscado en el que el humor y la sencillez son las piezas claves para hilvanar los designios de los protagonistas. Para leer una reseña sobre la novela: Olivia Ardey - Bésame y vente conmigo.

No me gustan las etiquetas, las novelas romanticonas ni lo almíbares. Tampoco me agrada cuando salen fotos de los personajes y éstos físicamente son estereotipados, superguapos, perfectos. Esa fue mi opinión sincera ante lo que vi.

Pero Olivia me había demostrado en su relato ganador que tenía una innata habilidad especial para perfilar sus personajes. Y por lo tanto, aunque me recordaba el género en el que estaba escrito, sentía una curiosidad mayor por leer aquella novela.

Cuando abrí el libro y leí la dedicatoria me quedé paralizado. Me dedicaba el relato y aclarándome que lo hacía a uno de sus personajes, que llevaba mi nombre. Me encantó. Desde el colegio cuando actué en una obra de teatro, siendo uno de los protagonistas no había encarnado un sujeto tal. Aparentemente huraño, misántropo, insociable, egoísta y mezquino. Pero que a su manera, ama la tierra, ama a su pueblo, y busca lo mejor para todos empezando por sí mismo. Así que cuando lo leáis y encontréis a Don José María ya sabéis que tiene mi nombre...

El libro se lee solo, rapidísimo. Tanto que tuve que parar y dejarlo un tiempo para poder degustarlo y que no se acabara enseguida. No es una obra universal de la literatura pero es una lectura de agradecer en un viaje o en cualquier momento. Consta de un optimismo y de una moraleja para poder conocerse y poder afrontar los retos en los que a uno le embarca la vida. Como un buen cosecha, para beberlo y disfrutarlo en el año.

Junto al Caballero Medieval del Vialia (Salamanca)
Qué venía derrotado de amoríos ya en el siglo XV.
Habla de las gentes sencillas, de sus inquietudes, de sus relaciones, de las apariencias. De lo tozudo del carácter del ser humano. Pero también de su cualidad más grande: el amor.

La historia se muestra y desvela poco a poco hasta acabar por unirse todos los detalles. Los personajes sufren una evolución, una madurez necesaria para alcanzar algunas cotas que buscaban en sus vidas y que hacía de ellas en pequeños o grandes aspectos al principio un vacío y una soledad a veces buscada pero no entendida para acabar con un aplomo y una seguridad que les hará mucho más fuertes en su futuro.

Quizá mi mayor crítica es en lo de las etiquetas. Cuando la autora busca desgranar un relato trabajado, cuidado y con mucho mérito, y uno lee en un gran círculo rojo en la portada NOVELA ROMÁNTICA te evoca un final pronosticado de antemano que no tiene por qué cumplirse. Incluso podría llegar a mucho más público si no incluyera esas etiquetas, o quizá eso forma parte de algunos prejuicios que uno mismo debe eliminar hacia este tipo de novelas (mea culpa).

Por parte de las editoriales se utiliza una fórmula que funcionará desde el punto de vista del marketing, pero desde  cierta parte del público podría verse como encasillado, incluso como que insulte a la inteligencia de cualquier mujer (público hacia el que se orienta este tipo de productos). Tras leer a Olivia Ardey uno tiene la mente mucho más abierta para no leer sino devorar libros como éste, tenga la etiqueta que tenga. Muchas gracias Olivia por quitarme esa venda que cubría mis ojos.

Me parece que es un libro muy recomendable, sin profundidades, pero que te deja un buen sabor de boca. Mi enhorabuena a la autora y mi agradecimiento por la dedicatoria y su amistad. 

Chema García



3 comentarios :

  1. ¡Mil gracias! Recuerdo aquél concurso con inmenso cariño y que, ya lo hemos comentado, mi relato preferido como ganador fue el tuyo por ser el único en verso. ¡Qué casualidades que nos unen! Un honor y una alegría leer tu crítica. Un abrazo y, con tu permiso, me llevo la foto de recuerdo y la reseña la enlazo en el rincón de críticas de mi blog.

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    1. El honor y el placer son míos!!! Yo también guardo aquel concurso con un cariño enorme. La foto claro que es tuya para guardarla y utilizarla como mejor veas, al igual que la reseña. Pensé en hacer algo técnico y al final creo que ese toque personal le da otro cariz. Agradecido y sabes que tenemos pendiente una horchata en Valencia o una cañita en Salamanca. Un abrazo enorme!! Y otra vez gracias.

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  2. Pues me alegro de ser responsable de juntar a dos artistas en esto de juntar palabras y darles vida. ¡¡¡¡Genial!!!

    Abrazos y besos

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